p á j a r o s p
o l a r e s
nada era verdaderamente cruel…
los albatros errantes me
miraban
tararear
“ Scarborought Fair “
pero no buscaba a Batman
tampoco encontré a Uriel
solo la glacial pulsión
en los brazos en cruz del
arlequín loco
que robó
las alas de Sarah Guyard-Guillot
patrullaba…
un acantilado
herido por la luz
sin crimen bajo la almohada
opacando el tragaluz :
la compasión
no era aún una sustancia tóxica…
y únicamente
en el improbable territorio
del pájaro polar
agosteaba el rayo
la ola boreal
carmina ral (ophelia riu)
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